Un ejercicio rápido de Sanación.
Pon las manos frente a tu boca,
como si fueras a rezar.
Relájate, echa de la mente
toda preocupación.
Sopla suavemente sobre
tus manos, como si con ellas
quisieras recoger tu respiración.
Hazlo tres veces.
Soplando de esta manera,
regulas tus corrientes magnéticas.
Cada dedo de la mano está conectado
a un determinado centro u órgano
del cerebro, y cada órgano está
conectado con unas fuerzas específicas.
Esas fuerzas están ligadas con las
regiones y mundos de la mente.
Te es suficiente levantar uno
de tus dedos para contactar con
el órgano apropiado a través del
cual fluyen las energías
del mundo mental.
Cada dedo es, por tanto,
un conductor de una energía
o corriente especial.
Una determinada energía
cósmica emana de cada dedo.
Cuando no te encuentres bien,
cuando no sepas qué hacer, sostén
tu pulgar con la mano derecha,
después sostén el índice, el corazón,
el anular y el meñique.
Sé consciente del cambio
que tiene lugar en ti.
El pulgar representa el mundo divino.
Cuando no te sientas bien, experimenta
con tu pulgar para llegar a dominar
los poderes ocultos en él.
Acaricia la parte superior del pulgar,
empezando desde la tercera falange
hasta la uña.
Luego acaricia la parte inferior,
desde su principio.
Observa si tu indisposición desaparece.
Sé consciente de tus pensamientos
y de tus sentimientos mientras
practicas estos ejercicios.
Si al principio no obtienes resultados,
repite el ejercicio. Aquél cuyas puntas
de los dedos son afiladas, emplea
mucha energía debido a un
gran flujo exterior.
Cuanta más redonda sea la punta
de los dedos, menos energía
saldrá hacia fuera.
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ORACIONES COMPLEMENTARIAS
Gracias Dios, tú eres digno de gran
alabanza por ser quien eres, por toda
tu creación, por la vida, la bendición.
Por la familia, por el trabajo, por la energía
para trabajar, por darnos la capacidad de
crear, de desarrollar dones y talentos,
por darnos la fuerza para ayudar y
bendecir a otros con lo que tenemos
o con lo que hacemos.
Amén.
Damos gracias a Dios porque Él abre
caminos nos da su bendición en el camino,
van nuestros pasos en paz, sin ansiedad ni
angustia porque tenemos serenidad y
confianza en que cuando le
entregamos nuestro corazón y lo
buscamos Él extiende su bendición.
Amén.