Salmo del Día. Aquí te ofrecemos un Salmo bíblico diario, para inspirar y mejorar tu día a día. Este es el Salmo de hoy que te ayudará…
Salmo para hoy Viernes
Bendito sea el Señor , mi Roca, que adiestra mis manos para la guerra, mis dedos para la batalla.
Él es mi Dios amoroso, mi amparo, mi más alto escondite, mi libertador, mi escudo, en quien me refugio. Él es quien pone los pueblos a mis pies.
Señor , ¿qué es el mortal para que lo cuides? ¿Qué es el ser humano para que en él pienses?
Todo mortal es como un suspiro; sus días son fugaces como una sombra.
Abre tus cielos, Señor , y desciende; toca los montes y haz que echen humo.
Lanza relámpagos y dispersa al enemigo; dispara tus flechas y ponlo en retirada.
Extiende tu mano desde las alturas y sálvame de las aguas tumultuosas; líbrame del poder de gente extraña.
Cuando abren la boca, dicen mentiras; cuando levantan su diestra, juran en falso.
Te cantaré, oh Dios, un cántico nuevo; con el arpa de diez cuerdas te cantaré salmos.
Tú das la victoria a los reyes; a tu siervo David lo libras de la cruenta espada.
Ponme a salvo, líbrame del poder de gente extraña. Cuando abren la boca, dicen mentiras; cuando levantan su diestra, juran en falso.
Que nuestros hijos, en su juventud, crezcan como plantas frondosas; que sean nuestras hijas como columnas esculpidas para adornar un palacio.
Que nuestros graneros se llenen con provisiones de toda especie. Que nuestros rebaños aumenten por millares, por decenas de millares en nuestros campos.
Que nuestros bueyes arrastren cargas pesadas; que no haya brechas ni salidas, ni gritos de angustia en nuestras calles.
¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor !
Salmo 144
Salmo de Ayer
Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia.
El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida; lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará al capricho de sus adversarios.
El Señor lo confortará cuando esté enfermo; lo alentará en el lecho del dolor.
Yo he dicho: « Señor , compadécete de mí; sáname, pues contra ti he pecado».
Con saña dicen de mí mis enemigos: «¿Cuándo se morirá? ¿Cuándo pasará al olvido?»
Si vienen a verme, no son sinceros; recogen calumnias y salen a contarlas.
Mis enemigos se juntan y cuchichean contra mí; me hacen responsable de mi mal. Dicen:
«Lo que le ha sobrevenido es cosa del demonio; de esa cama no volverá a levantarse».
Hasta mi mejor amigo, en quien yo confiaba y que compartía el pan conmigo, me ha puesto la zancadilla.
Pero tú, Señor , compadécete de mí; haz que vuelva a levantarme para darles su merecido.
En esto sabré que te he agradado: en que mi enemigo no triunfe sobre mí.
Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendrás para siempre.
Bendito sea el Señor , el Dios de Israel, por los siglos de los siglos. Amén y amén.
Salmo 41
Salmo de Anteayer
Den gracias al Señor , porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.
Den gracias al Dios de dioses; su gran amor perdura para siempre.
Den gracias al Señor omnipotente; su gran amor perdura para siempre.
Al único que hace grandes maravillas; su gran amor perdura para siempre.
Al que con inteligencia hizo los cielos; su gran amor perdura para siempre.
Al que expandió la tierra sobre las aguas; su gran amor perdura para siempre.
Al que hizo las grandes luminarias; su gran amor perdura para siempre.
El sol, para iluminar el día; su gran amor perdura para siempre.
La luna y las estrellas, para iluminar la noche; su gran amor perdura para siempre.
Al que hirió a los primogénitos de Egipto; su gran amor perdura para siempre.
Al que sacó de Egipto a Israel; su gran amor perdura para siempre.
Con mano poderosa y con brazo extendido; su gran amor perdura para siempre.
Al que partió en dos el Mar Rojo; su gran amor perdura para siempre.
Y por en medio hizo cruzar a Israel; su gran amor perdura para siempre.
Pero hundió en el Mar Rojo al faraón y a su ejército; su gran amor perdura para siempre.
Al que guió a su pueblo por el desierto; su gran amor perdura para siempre.
Al que hirió de muerte a grandes reyes; su gran amor perdura para siempre.
Al que a reyes poderosos les quitó la vida; su gran amor perdura para siempre.
A Sijón, el rey amorreo; su gran amor perdura para siempre.
A Og, el rey de Basán; su gran amor perdura para siempre.
Cuyas tierras entregó como herencia; su gran amor perdura para siempre.
Como herencia para su siervo Israel; su gran amor perdura para siempre.
Al que nunca nos olvida, aunque estemos humillados; su gran amor perdura para siempre.
Al que nos libra de nuestros adversarios; su gran amor perdura para siempre.
Al que alimenta a todo ser viviente; su gran amor perdura para siempre.
¡Den gracias al Dios de los cielos! ¡Su gran amor perdura para siempre!
Salmo 136