Salmo para hoy Sábado

Salmo para hoy Sábado
Salmo para hoy Sábado

 

Hacia ti dirijo la mirada, hacia ti, cuyo trono está en el cielo.

Como dirigen los esclavos la mirada hacia la mano de su amo, como dirige la esclava la mirada hacia la mano de su ama, así dirigimos la mirada al Señor nuestro Dios, hasta que nos muestre compasión.

Compadécenos, Señor , compadécenos, ¡ya estamos hartos de que nos desprecien!

Ya son muchas las burlas que hemos sufrido; muchos son los insultos de los altivos, y mucho el menosprecio de los orgullosos.

Salmo 123

Salmo de Ayer

 

Bendito sea el Señor , mi Roca, que adiestra mis manos para la guerra, mis dedos para la batalla.

Él es mi Dios amoroso, mi amparo, mi más alto escondite, mi libertador, mi escudo, en quien me refugio. Él es quien pone los pueblos a mis pies.

Señor , ¿qué es el mortal para que lo cuides? ¿Qué es el ser humano para que en él pienses?

Todo mortal es como un suspiro; sus días son fugaces como una sombra.

Abre tus cielos, Señor , y desciende; toca los montes y haz que echen humo.

Lanza relámpagos y dispersa al enemigo; dispara tus flechas y ponlo en retirada.

Extiende tu mano desde las alturas y sálvame de las aguas tumultuosas; líbrame del poder de gente extraña.

Cuando abren la boca, dicen mentiras; cuando levantan su diestra, juran en falso.

Te cantaré, oh Dios, un cántico nuevo; con el arpa de diez cuerdas te cantaré salmos.

Tú das la victoria a los reyes; a tu siervo David lo libras de la cruenta espada.

Ponme a salvo, líbrame del poder de gente extraña. Cuando abren la boca, dicen mentiras; cuando levantan su diestra, juran en falso.

Que nuestros hijos, en su juventud, crezcan como plantas frondosas; que sean nuestras hijas como columnas esculpidas para adornar un palacio.

Que nuestros graneros se llenen con provisiones de toda especie. Que nuestros rebaños aumenten por millares, por decenas de millares en nuestros campos.

Que nuestros bueyes arrastren cargas pesadas; que no haya brechas ni salidas, ni gritos de angustia en nuestras calles.

¡Dichoso el pueblo que recibe todo esto! ¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor !

Salmo 144

Salmo de Anteayer

 

Dichoso el que piensa en el débil; el Señor lo librará en el día de la desgracia.

El Señor lo protegerá y lo mantendrá con vida; lo hará dichoso en la tierra y no lo entregará al capricho de sus adversarios.

El Señor lo confortará cuando esté enfermo; lo alentará en el lecho del dolor.

Yo he dicho: « Señor , compadécete de mí; sáname, pues contra ti he pecado».

Con saña dicen de mí mis enemigos: «¿Cuándo se morirá? ¿Cuándo pasará al olvido?»

Si vienen a verme, no son sinceros; recogen calumnias y salen a contarlas.

Mis enemigos se juntan y cuchichean contra mí; me hacen responsable de mi mal. Dicen:

«Lo que le ha sobrevenido es cosa del demonio; de esa cama no volverá a levantarse».

Hasta mi mejor amigo, en quien yo confiaba y que compartía el pan conmigo, me ha puesto la zancadilla.

Pero tú, Señor , compadécete de mí; haz que vuelva a levantarme para darles su merecido.

En esto sabré que te he agradado: en que mi enemigo no triunfe sobre mí.

Por mi integridad habrás de sostenerme, y en tu presencia me mantendrás para siempre.

Bendito sea el Señor , el Dios de Israel, por los siglos de los siglos. Amén y amén.

Salmo 41

 

Oración de la Noche