Salmo para hoy Miércoles

Salmo para hoy Miércoles
Salmo para hoy Miércoles

 

Te exaltaré, Señor , porque me levantaste, porque no dejaste que mis enemigos se burlaran de mí.

Señor mi Dios, te pedí ayuda y me sanaste.

Tú, Señor , me sacaste del sepulcro; me hiciste revivir de entre los muertos.

Canten al Señor , ustedes sus fieles; alaben su santo nombre.

Porque solo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.

Cuando me sentí seguro, exclamé: «Jamás seré conmovido».

Tú, Señor , en tu buena voluntad, me afirmaste en elevado baluarte; pero escondiste tu rostro, y yo quedé confundido.

A ti clamo, Señor Soberano; a ti me vuelvo suplicante.

¿Qué ganas tú con que yo muera, con que descienda yo al sepulcro? ¿Acaso el polvo te alabará o proclamará tu verdad?

Oye, Señor ; compadécete de mí. ¡Sé tú, Señor , mi ayuda!

Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de fiesta,

para que te cante y te glorifique, y no me quede callado. ¡ Señor mi Dios, siempre te daré gracias!

Salmo 30

 

Salmo de Ayer

 

Cuando Israel, el pueblo de Jacob, salió de Egipto, de un pueblo extraño,

Judá se convirtió en el santuario de Dios; Israel llegó a ser su dominio.

Al ver esto, el mar huyó; el Jordán se volvió atrás.

Las montañas saltaron como carneros, los cerros saltaron como ovejas.

¿Qué te pasó, mar, que huiste, y a ti, Jordán, que te volviste atrás?

¿Y a ustedes montañas, que saltaron como carneros? ¿Y a ustedes cerros, que saltaron como ovejas?

¡Tiembla, oh tierra, ante el Señor, tiembla ante el Dios de Jacob!

¡Él convirtió la roca en un estanque, el pedernal en manantiales de agua!

Salmo 114

Salmo de Anteayer

 

Sálvame, oh Dios, por tu nombre; defiéndeme con tu poder.

Escucha, oh Dios, mi oración; presta oído a las palabras de mi boca.

Pues gente extraña me ataca; tratan de matarme los violentos, gente que no toma en cuenta a Dios. Selah

Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene,

y hará recaer el mal sobre mis adversarios. Por tu fidelidad, Señor , ¡destrúyelos!

Te presentaré una ofrenda voluntaria y alabaré, Señor , tu buen nombre;

pues me has librado de todas mis angustias, y mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.

Salmo 54

 

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