Salmo para hoy Martes

Que el Señor te responda cuando estés angustiado; que el nombre del Dios de Jacob te proteja.

Que te envíe ayuda desde el santuario; que desde Sión te dé su apoyo.

Que se acuerde de todas tus ofrendas; que acepte tus holocaustos. Selah

Que te conceda lo que tu corazón desea; que haga que se cumplan todos tus planes.

Nosotros celebraremos tu victoria, y en el nombre de nuestro Dios desplegaremos las banderas. ¡Que el Señor cumpla todas tus peticiones!

Ahora sé que el Señor salvará a su ungido, que le responderá desde su santo cielo y con su poder le dará grandes victorias.

Estos confían en sus carros de guerra, aquellos confían en sus corceles, pero nosotros confiamos en el nombre del Señor nuestro Dios.

Ellos son vencidos y caen, pero nosotros nos erguimos y de pie permanecemos.

¡Concede, Señor , la victoria al rey! ¡Respóndenos cuando te llamemos!

Salmo 20

 

Salmo de Ayer

 

Cuando el Señor hizo volver a Sión a los cautivos, nos parecía estar soñando.

Nuestra boca se llenó de risas; nuestra lengua, de canciones jubilosas. Hasta los otros pueblos decían: «El Señor ha hecho grandes cosas por ellos».

Sí, el Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y eso nos llena de alegría.

Ahora, Señor , haz volver a nuestros cautivos como haces volver los arroyos del desierto.

El que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha.

El que llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas.

Salmo 126

Salmo de Anteayer

 

Así dijo el Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies».

¡Que el Señor extienda desde Sión el poder de tu cetro! ¡Domina tú en medio de tus enemigos!

Tus tropas estarán dispuestas el día de la batalla, ordenadas en santa majestad. De las entrañas de la aurora recibirás el rocío de tu juventud.

El Señor ha jurado y no cambiará de parecer: «Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec».

El Señor está a tu mano derecha; aplastará a los reyes en el día de su ira.

Juzgará a las naciones y amontonará cadáveres; aplastará cabezas en toda la tierra.

Beberá de un arroyo junto al camino, y por lo tanto cobrará nuevas fuerzas.

Salmo 110

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