Sálvame, oh Dios, por tu nombre; defiéndeme con tu poder.
Escucha, oh Dios, mi oración; presta oído a las palabras de mi boca.
Pues gente extraña me ataca; tratan de matarme los violentos, gente que no toma en cuenta a Dios. Selah
Pero Dios es mi socorro; el Señor es quien me sostiene,
y hará recaer el mal sobre mis adversarios. Por tu fidelidad, Señor , ¡destrúyelos!
Te presentaré una ofrenda voluntaria y alabaré, Señor , tu buen nombre;
pues me has librado de todas mis angustias, y mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.
Salmo 54
Salmo de Ayer
Dios nos tenga compasión y nos bendiga; Dios haga resplandecer su rostro sobre nosotros, Selah
para que se conozcan en la tierra sus caminos, y entre todas las naciones su salvación.
Que te alaben, oh Dios, los pueblos; que todos los pueblos te alaben.
Alégrense y canten con júbilo las naciones, porque tú las gobiernas con rectitud; ¡tú guías a las naciones de la tierra! Selah
Que te alaben, oh Dios, los pueblos; que todos los pueblos te alaben.
La tierra dará entonces su fruto, y Dios, nuestro Dios, nos bendecirá.
Dios nos bendecirá, y le temerán todos los confines de la tierra.
Salmo 67
Salmo de Anteayer
El que habita al abrigo del Altísimo se acoge a la sombra del Todopoderoso.
Yo le digo al Señor : «Tú eres mi refugio, mi fortaleza, el Dios en quien confío».
Solo él puede librarte de las trampas del cazador y de mortíferas plagas,
pues te cubrirá con sus plumas y bajo sus alas hallarás refugio. ¡Su verdad será tu escudo y tu baluarte!
No temerás el terror de la noche, ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que acecha en las sombras ni la plaga que destruye a mediodía.
Podrán caer mil a tu izquierda, y diez mil a tu derecha, pero a ti no te afectará.
No tendrás más que abrir bien los ojos, para ver a los impíos recibir su merecido.
Ya que has puesto al Señor por tu refugio, al Altísimo por tu protección,
ningún mal habrá de sobrevenirte, ninguna calamidad llegará a tu hogar.
Porque él ordenará que sus ángeles te cuiden en todos tus caminos.
Con sus propias manos te levantarán para que no tropieces con piedra alguna.
Aplastarás al león y a la víbora; ¡hollarás fieras y serpientes!
«Yo lo libraré, porque él se acoge a mí; lo protegeré, porque reconoce mi nombre.
Él me invocará, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; lo libraré y lo llenaré de honores.
Lo colmaré con muchos años de vida y le haré gozar de mi salvación».
Salmo 91