Salmo del Día. Aquí te ofrecemos un Salmo bíblico diario, para inspirar y mejorar tu día a día. Este es el Salmo de hoy que te ayudará…
Salmo para hoy Martes
A ti clamo, Señor , roca mía; no te desentiendas de mí, porque, si guardas silencio, ya puedo contarme entre los muertos.
Oye mi voz suplicante cuando a ti acudo en busca de ayuda, cuando tiendo los brazos hacia tu lugar santísimo.
No me arrastres con los malvados, con los que hacen iniquidad, con los que hablan de paz con su prójimo, pero en su corazón albergan maldad.
Págales conforme a sus obras, conforme a sus malas acciones. Págales conforme a las obras de sus manos; ¡dales su merecido!
Ya que no toman en cuenta las obras del Señor y lo que él ha hecho con sus manos, él los derribará y nunca más volverá a levantarlos.
Bendito sea el Señor , que ha oído mi voz suplicante.
El Señor es mi fuerza y mi escudo; mi corazón en él confía; de él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría, y con cánticos le daré gracias.
El Señor es la fortaleza de su pueblo, y un baluarte de salvación para su ungido.
Salva a tu pueblo, bendice a tu heredad, y cual pastor guíalos por siempre.
Salmo 28
Salmo de Ayer
A Dios elevo mi voz suplicante; a Dios elevo mi voz para que me escuche.
Cuando estoy angustiado, recurro al Señor; sin cesar elevo mis manos por las noches, pero me niego a recibir consuelo.
Me acuerdo de Dios, y me lamento; medito en él, y desfallezco. Selah
No me dejas conciliar el sueño; tan turbado estoy que ni hablar puedo.
Me pongo a pensar en los tiempos de antaño; de los años ya idos me acuerdo.
Mi corazón reflexiona por las noches; mi espíritu medita e inquiere:
«¿Nos rechazará el Señor para siempre? ¿No volverá a mostrarnos su buena voluntad?
¿Se habrá agotado su gran amor eterno, y sus promesas por todas las generaciones?
¿Se habrá olvidado Dios de sus bondades, y en su enojo ya no quiere tenernos compasión?» Selah
Y me pongo a pensar: «Esto es lo que me duele: que haya cambiado la diestra del Altísimo».
Prefiero recordar las hazañas del Señor , traer a la memoria sus milagros de antaño.
Meditaré en todas tus proezas; evocaré tus obras poderosas.
Santos, oh Dios, son tus caminos; ¿qué dios hay tan excelso como nuestro Dios?
Tú eres el Dios que realiza maravillas; el que despliega su poder entre los pueblos.
Con tu brazo poderoso redimiste a tu pueblo, a los descendientes de Jacob y de José. Selah
Las aguas te vieron, oh Dios, las aguas te vieron y se agitaron; el propio abismo se estremeció con violencia.
Derramaron su lluvia las nubes; retumbaron con estruendo los cielos; rasgaron el espacio tus centellas.
Tu estruendo retumbó en el torbellino y tus relámpagos iluminaron el mundo; la tierra se estremeció con temblores.
Te abriste camino en el mar; te hiciste paso entre las muchas aguas, y no se hallaron tus huellas.
Por medio de Moisés y de Aarón guiaste como un rebaño a tu pueblo.
Salmo 77
Salmo de Anteayer
Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados.
Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño.
Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día.
Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí. Selah
Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor », y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Selah
Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán.
Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de liberación. Selah
El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti.
No seas como el mulo o el caballo, que no tienen discernimiento, y cuyo brío hay que domar con brida y freno, para acercarlos a ti».
Muchas son las calamidades de los malvados, pero el gran amor del Señor envuelve a los que en él confían.
¡Alégrense, ustedes los justos; regocíjense en el Señor ! ¡canten todos ustedes, los rectos de corazón!
Salmo 32