Un devocional diario para fortalecer tu relación con Dios
Devocional para hoy Sábado
Vence el mal con el bien
No te dejes vencer por el mal; al contrario, vence el mal con el bien.
(Romanos 12:21)
En un mundo en el que se nos ataca de diversas formas – por ejemplo, con mentiras, palabras torpes y hasta agresiones físicas – la primera cosa que viene a nuestra mente es reciprocar estas agresiones con la «misma moneda». Esto es especialmente cierto cuando hieren nuestros sentimientos.
Nuestra carne es así: reactiva, destructiva y violenta. Cuando combatimos el mal con el mal el diablo consigue su objetivo: causar destrucción.
Es por eso que Pablo nos alerta sobre la importancia de que no seamos vencidos por el mal ni participemos del juego. Vencer el mal con el bien es la única manera verdadera de vencer. El mal no soporta el bien – todo lo que es bueno proviene de Dios – y la luz, por más pequeña que sea, es suficiente para alejar las tinieblas.
Por eso, aunque nos sintamos heridos, debemos buscar el Espíritu Santo y confrontar el mal con el poder de Dios.
El Espíritu Santo nos ayuda alejando de nuestro corazón el deseo carnal de vengarnos. A través de la búsqueda guiada por el Espíritu Santo se nos lleva a utilizar la armadura espiritual combatiendo el mal con el bien. De esta manera Dios va delante nuestro y nos guarda en la batalla.
La perseverancia en hacer el bien traerá buenos frutos y con toda certeza verás que Dios hará justicia en su tiempo. Dios es justo y nos bendice siempre. Él te levantará y te conducirá en victoria. A través de tu vida y de tu testimonio muchos de los que te hirieron te pedirán perdón y verán sus vidas transformadas en Cristo. ¡Esta es la verdadera victoria sobre el mal!
No te dejes vencer por el mal
Enfrenta la adversidad de rodillas. La oración es la herramienta principal para quien quiere vencer el mal con el bien.
Busca llenarte más del Espíritu Santo, aliméntate de su fruto.
No luches solo, comparte tu condición con un hermano de confianza. Pídele que te ayude a luchar en oración.
Para orar:
Jesús, he estado sufriendo ataques de mis perseguidores. A pesar de que ellos me hacen mal yo sé que tú deseas mi bien y que tu poder prevalecerá. Quiero actuar conforme a tu Palabra y combatir el mal con el bien. Ayúdame, Señor. En tu nombre, Jesús, amén.
Devocional de Ayer
Disfruta de la paz de Dios
La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.
(Juan 14:27)
Vivimos en un mundo inquieto y competitivo en el que casi siempre necesitamos tomar una postura y defenderla. Eso nos genera estrés y cansancio.
Cuando Jesús declaró esas palabras del versículo a los discípulos, él estaba pasando por un gran momento de persecución y tribulación. En medio de ese escenario angustiante Jesús derramó su paz.
Solamente Cristo puede extender la paz en medio de la guerra. Solo él nos puede dar la paz que excede a todo entendimiento y calmar nuestro espíritu. La paz que el mundo da es inconstante y pasajera, pero la paz de Dios es reconfortante y eterna.
Recibe la paz de Dios y calma tu corazón: ¡el que venció al mundo está de tu lado!
Recibe la paz de Dios:
Dios nos dio acceso a su paz, búscalo a través de la oración. Derrama tus miedos y angustias ante Dios. Solo él puede confortar nuestro corazón.
La Palabra de Dios alienta el alma y nos da dirección. Nuestro corazón se tranquiliza cuando siente que Dios va guiando. Busca la Palabra de Dios.
Para orar:
Señor Jesús, solo tu paz puede calmar mi alma. Confío en tu poder y en tu Palabra. Quiero disfrutar de tu paz, derrama tu Espíritu sobre mí. En tu poderoso nombre, amén.
Devocional de Anteayer
La paz en todo momento
Que el Señor de paz les conceda su paz siempre y en todas las circunstancias. El Señor sea con todos ustedes.
– 2 Tesalonicenses 3:16
El día a día nos lleva por una rutina desgastadora de arduo trabajo y ajetreo. Lo que realmente queremos después de esos días es un momento de paz y refrigerio. Hay veces en las que cuando regresamos a casa parece que nos cansamos todavía más. Ahí es cuando debemos pedir el auxilio de aquel que calmó el mar bravío, Jesús.
¡Nuestro Dios es la fuente de toda la paz! En su Palabra encontramos refrigerio y dirección para calmar nuestros corazones. Lograr tener un ambiente de paz en nuestra casa o en el trabajo comienza por nosotros mismos. Ahí está la importancia de la Palabra de Dios. Ella nos alimenta, y el Espíritu Santo nos moldea dándonos la oportunidad para actuar de forma diferente.
Al acudir al Rey de la paz recibe el descanso que él te concede. Que el Señor pueda derramar su paz sobre tu casa, en tu ambiente de trabajo y en tu relación con las demás personas. ¡Que Dios esté contigo, que su paz sea duradera y cubra todas las áreas de tu vida!
Experimenta la paz en todo momento:
Pide al Espíritu Santo que moldee tu comportamiento, que te transforme en un instrumento de paz y no de guerra, de conciliación y no de división.
Destina una hora de tu día para meditar y orar. La oración y la meditación en la palabra de Dios nos alimenta y conforta.
Reflexiona sobre la manera en que puedes promover un ambiente pacífico y conciliador con tus actitudes. La paz contagia y quien procura la paz no entra en guerra.
Para orar:
Señor Jesús, pido que tu paz y tu Espíritu vengan sobre mí. Que tu unción de amor y tu paz puedan contagiar mi vida, el ambiente de mi hogar y todo lugar por donde yo pase. Te lo agradezco en el nombre de Jesús. Amén.
Qué es el Devocional diario
El Devocional diario es un momento especial del día que dedicas para tener un tiempo precioso de comunión con Dios. Es muy sencillo establecer una rutina emocionante de descubrimiento y crecimiento espiritual.
Lo lograrás al separar un momento cada día para acercarte al Señor. Durante el Devocional leerás un versículo de la Biblia con una meditación sobre el texto. Luego, meditarás sobre las enseñanzas y cómo aplicarlas en tu vida. Al final, podrás orar.
Cómo hacer tu Devocional diario
Aquí tienes unos consejos para que aproveches al máximo la lectura del mensaje bíblico durante el Devocional diario:
Aparta un momento y escoge un lugar específico: tu momento devocional será más provechoso si dejas de lado el ajetreo e inviertes en un tiempo placentero a solas con Dios.
Lee el versículo o el pasaje bíblico con atención: desarrolla un estilo de vida comprometido con la Palabra de Dios todos los días y evita las distracciones.
Lee la meditación diaria: reflexiona e intenta comprender el propósito de Dios para tu vida a través de los comentarios.
Aplicación práctica: anota tus descubrimientos y no olvides poner en práctica todo lo que has aprendido por medio de la Biblia.
Comparte lo que aprendiste: intenta compartir con otras personas a través de tus conversaciones e interacciones diarias lo que Dios te enseña en tus momentos de devocional diario.
¡No olvides la importancia de vivir una vida totalmente comprometida con la Palabra de Dios!