Un devocional diario para fortalecer tu relación con Dios

 

Devocional Diario para hoy Lunes

 

Todas las cosas son posibles para Dios

Para los hombres es imposible —aclaró Jesús, mirándolos fijamente—, pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible.
(Marcos 10:27)

Hay algo que es totalmente cierto: ¡para Dios todo es posible! Nuestra tendencia natural es de intentar resolver todo por nuestras propias fuerzas. A veces pasamos por momentos en los que reconocemos que no hay nada más que podamos hacer.

Es precisamente en esos momentos en los que solo el poder de Dios será capaz de traer la solución.

Dios quiere hacer lo imposible en nuestras vidas y para eso tenemos que confiar en su poder. A veces, nuestra falta de fe puede impedir que Dios haga grandes cosas en nuestras vidas.

Cuando Pedro caminó sobre las aguas, él experimentó lo imposible a través de la palabra de Jesús, pero su fe tuvo poca duración y por eso comenzó a hundirse.

Confiar en Dios es obedecer su voz sin preocuparse sobre las condiciones del mar fijando los ojos solo en él. De esa forma, podremos experimentar grandes milagros y maravillas en nuestras vidas.

Debemos fortalecer nuestra fe en Jesús orando, leyendo y creyendo en aquel que hace y hará lo imposible por nosotros.

Para el hombre es imposible, pero no para Dios:

Lo que nos parece imposible a nosotros es posible para Dios. Lleva tu problema ante Dios en oración. No te calles frente a las dificultades.

Fortalece tu fe y tu confianza en Dios acercándote y dedicándote más a él. Busca a Dios pues todo el que le busca lo encuentra.

Dios es soberano, entrégate a su voluntad. Todas las cosas obrarán para tu bien. Confía en él y ten ánimo.

Para orar:

Señor, te entrego mi problema. Me siento limitado y estoy sin fuerzas, pero confío en tu poder y en tu amor.

Haz un milagro en mi vida. Que tu mover sea motivo de gran alegría y júbilo. En tu nombre, amén.

Devocional de Ayer

 

Nada se compara con lo que ha de venir

De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros.
(Romanos 8:18)

No es fácil atravesar el largo camino de la vida. Habrá momentos buenos y alegres, pero también llegarán momentos de luto, de dificultad y sufrimiento.

Pero una cosa es cierta: ¡ningún momento difícil se compara con lo que ha de venir!

Pablo tenía autoridad para escribir estas palabras.

A través de su vida podemos constatar que ninguna dificultad o sufrimiento se comparó con lo que él experimentó de Dios. Todo dolor se convirtió en galardón y Pablo está hoy en la gloria donde también estaremos un día.

 

Dios ha preparado la alegría eterna de que estemos a su lado, pero también nos preparó grandes bendiciones que están siendo reveladas desde ya en la tierra. Andar de «fe en fe y de gloria en gloria» es así

Todos los momentos difíciles son transitorios y todo contribuye para nuestro bien, sea para el crecimiento de nuestra fe o para que el nombre de Dios sea glorificado.

Nunca pienses que los momentos de tribulación son el fin. En realidad esos momentos son un medio para que aumentemos nuestra fe y crezcamos en gracia. Y todavía más porque nada se compara con lo que recibiremos de Dios en el futuro.

Esa debe ser nuestra meta, el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Con nuestra meta, que es Cristo, cualquier tribulación parece más pequeña delante de lo que ha de venir.

¡Lo mejor está por venir!

Mantén en mente que toda tribulación es pasajera. Medita en la palabra de Dios, esta es la mejor forma de atravesar las tribulaciones. Los problemas pasarán.

Cuando la carga parezca muy pesada recuerda que Dios es capaz de ayudarte a cargarla. Solo necesitas hablar con él y pedir su auxilio. Dios no nos desampara en las dificultades: ¡ora!

Si te sientes solo, comparte tus dificultades con un hermano de confianza. Siempre es mejor dos que uno para enfrentar un desafío en oración.

Para orar:

Señor Dios, estoy consciente de que todo ayuda para el bien de los que te aman.

Derrama en mí tu Espíritu Santo para que yo pueda atravesar estos desafíos.

Que tu nombre sea glorificado a través de mi victoria. Amén.

Devocional de Anteayer

 

El significado del arrepentimiento

Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor, enviándoles el Mesías que ya había sido preparado para ustedes, el cual es Jesús.
(Hechos 3:19-20)

Arrepentirse es mucho más que pedir perdón. Significa volverse hacia Dios, reconocer los pecados y decidir vivir de forma diferente.

Deseas agradar a Dios en lugar de querer continuar en una vida de pecado. Y eso es posible con la ayuda de Jesús.

Cuando te arrepientes y crees que Jesús es tu salvador, recibes a Jesús en tu vida.

Eso significa que él estará siempre contigo y te ayudará a vivir para Dios. ¡Ahora Jesús vive en ti y transformará tu vida!

Si estás arrepentido de algún pecado:

Confiesa el pecado a Dios y pídele perdón

Cree que Jesús murió para salvarte de tu pecado

Pide ayuda a Dios para arreglar las cosas y poder dejar de hacer ese pecado

Siempre que te sientas tentado o caigas en el pecado vuelve a pedir el perdón y la ayuda de Dios

Recuerda que Dios SIEMPRE perdona al que se arrepiente

Para orar:

Señor Dios, reconozco que he cometido pecados. No quiero vivir entristeciéndote.

Pido perdón por mis pecados y quiero vivir de manera diferente.

Creo que Jesús murió y resucitó para salvarme de mis pecados y que él es mi salvador.

Ayúdame a vencer la tentación y a tener fuerza para dejar de cometer esos pecados.

En el nombre de Jesús, amén.

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