La oración a Santa Rita, conocida como la Santa de lo Imposible, es una poderosa invocación a una figura venerada por su capacidad para interceder ante Dios en situaciones difíciles y desesperadas. Santa Rita es considerada la patrona de los necesitados y su fama de conceder favores casi irresistibles la ha convertido en una mediadora de las situaciones más desafiantes e incluso imposibles.
Al recurrir a Santa Rita en oración, se busca encontrar alivio y consuelo en medio de las dificultades y aflicciones. Se confía en su generosidad y en el poder de su intercesión para obtener el favor divino en momentos de necesidad extrema.
Una de las principales bondades de rezar esta oración radica en la promesa de glorificar el nombre de Santa Rita y difundir su devoción si nuestras peticiones son concedidas. Esta práctica no solo fortalece nuestra conexión espiritual, sino que también permite compartir la esperanza y el consuelo que hemos recibido con otros que confían en su intercesión.
Los beneficios de practicar esta devoción van más allá de la obtención de favores específicos. Al recitar esta oración, nos sumergimos en la contemplación de los méritos y virtudes de Santa Rita, lo que nos inspira a seguir su ejemplo de humildad, pureza y compasión en nuestras propias vidas.
La oración a Santa Rita nos invita a reflexionar sobre nuestra unión con la Divina Voluntad y a confiar en el poder del Sagrado Corazón de Jesús para superar nuestras dificultades. Nos enseña a mantener la esperanza incluso en medio de las pruebas más difíciles, recordándonos que Dios es la recompensa del humilde y la fuerza de los que confían en Él.
En resumen, esta oración nos ofrece consuelo, fortaleza y esperanza en momentos de adversidad, y nos impulsa a vivir con fe y confianza en el amor y la misericordia de Dios. Que al recitar esta oración, podamos experimentar el poder transformador de la gracia divina en nuestras vidas.
ORACIÓN:
Santa de lo Imposible.
Oh Santa Patrona de los necesitados,
Santa Rita, cuyas plegarias
ante el Divino Señor son casi irresistibles,
quien por la generosidad en otorgar
favores has sido llamada Mediadora
de los sin esperanza e incluso
de lo Imposible.
Santa Rita, tan humilde, tan pura,
tan mortificada, tan paciente
y de tan compadecido amor por
Jesús Crucificado que podrías
obtener de El cualquier cosa que le pidas.
A cuenta de esto recurrimos confiados a ti,
esperando, si no siempre alivio,
al menos consuelo.
Se favorable a nuestra petición,
mostrando el poder de dios,
a nombre de este/a suplicante,
se generosa con nosotros,
como lo has sido en tantos casos
maravillosos, para la mas grande
gloria de Dios, por la divulgación
de tu propia devoción,
y por el consuelo de aquellos
que confían en ti.
Prometemos, si nuestra petición
es concedida, glorificar tu nombre,
informando del favor concedido,
para bendecir y cantar tus alabanzas
por siempre.
Confiando entonces en los méritos
y poder ante el Sagrado Corazón
de Jesús, te rogamos:
(Mencione ahora su petición)
Obten para nosotros nuestra petición:
Por los singulares méritos de tu infancia,
Por la perfecta unión con la
Divina Voluntad,
Por los heroicos sufrimientos
durante tu vida de casada,
Por el consuelo que experimentaste
con la conversión de tu esposo,
Por el sacrificio de tus niños antes
de verlos ofender gravemente a Dios,
Por tu milagrosa entrada al Convento,
Por las austeras penitencias y las
sangrientas ofrendas tres veces al día.
Por el sufrimiento causado por la herida
que recibiste con la espina del
Salvador Crucificado;
Por el amor divino que
consumió tu Corazón,
Por la notable devoción al Sagrado
Sacramento, con el cual exististe
por cuatro años,
Por la felicidad con la cual partiste
de tus pruebas para reunirte
con el Divino Esposo,
Por el ejemplo perfecto que diste
a la gente de cada estado de vida.
Santa de lo Imposible.
Oremos.
Oh Dios, Quien en tu infinita ternura
has sido bondadoso para escuchar
la plegaria de Tu sierva, Santa Rita,
y otorgas a su suplica lo que es imposible
a la vista, conocimiento y esfuerzos,
en recompensa de su compadecido amor
y firme confianza en Tu promesa,
ten piedad en nuestra adversidad
y socorrenos en nuestras calamidades,
que el no creyente pueda saber que
Tu eres la recompensa del humilde,
la defensa de los sin esperanza,
y la fuerza de aquellos que confían en Ti,
a través de Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.